Comunidades han denunciado la situación al municipio, que a través de la Dimao trabaja para encontrar el origen del problema. Fiscalización a avícolas e instalación de mangas de aires son algunas de las medidas adoptadas por la autoridad.
Los vecinos de San Bernardo, sobre todos los del casco histórico, han tenido que lidiar en el último tiempo con los malos olores. Copando casas, calles, plazas y pasajes, el nauseabundo aroma a caca y descomposición orgánica se deja caer con fuerza, provocando el malestar lógico de las comunidades.
Ante esta situación, el 20 de febrero pasado, la Junta de Vecinos “Ramón Freire”, liderada por su presidente, Patricio Reyes, ingresó por oficina de partes (oficio nº 2399) una carta que, dirigida al alcalde, pide “indagar el origen de olores nauseabundos, a excremento o carne podrida que se propagan en el barrio, y que aplique con celeridad las fiscalizaciones y medidas que correspondan”.
“El deterioro de la calidad de vida por los malos olores se ha ido incrementando y se ha hecho permanente, y de seguro también afecta a otros sectores que exceden a nuestro territorio vecinal. Se especulan distintas fuentes, pero, no hemos podido precisar su origen, el que tal vez, proviene de criaderos de animales en el sector del camino de Catemito de la comuna de San Bernardo”, agrega el escrito.
En conversación con El Amanecer de Lo Herrera, la encargada del departamento de Medio Ambiente, Fiscalización, Control y Proyectos (Dimao), Javiera Trapp, precisó que “tenemos la denuncias y entendemos perfecto, porque acá en el centro también sentimos los mismos malos olores, y no solo cuando cae la tarde. De hecho, el otro día, a las 8 de la mañana, en esquina San José con Maipú, ya había olor a guano”.
Respecto de las causas, Trapp sostuvo que “hemos estado fiscalizando a todas las avícolas de la comuna, concentrándonos en Agricovial (El Romeral), Real (costado mall Plaza Sur) y Trinidad (camino Catemito). En esta última nos dimos cuenta de que realizaba movimiento de guano fresco, descartando las denuncias que decían que había matanza de pollos. Solo hay un cuartel de gallinas ponedoras. Ahora bien, retirado el guano volvimos a sentir malos olores acá en el centro”.
“Como unidad estamos agudizando las fiscalizaciones, rondas y visitas, y lo que haremos ahora es instalar unas mangas de aire para ver desde dónde viene el viento, enfocarnos en la dirección e ir al lugar. Estamos obteniendo los permisos y autorizaciones respectivas, porque van en edificios”, agregó.
ALCANTARILLADO COMPLICADO
Otro factor que incidiría en los malos olores es el colapso de los alcantarillados del centro. “Aguas Andinas informa que la red está colapsada en el centro. De hecho, hace poco trabajaron en Colón porque estaba todo tapado. Y acá la causa es la mayor cantidad de gente que hay, sobrecargado un sistema que no ha cambiado. Crecen las ciudades y las empresas no invierten”, narró Trapp.
“Seguiremos buscando el lugar dónde se originan los malos olores, por más difícil que sea encontrarlos. Tampoco es cosa de mandar a nuestros inspectores a buscar algo al voleo como ‘perros sabuesos’”, puntualizó la encargada.
Información gentileza de www.delh.cl