El huracán Iota, el más potente registrado este año en el Atlántico, dejó lluvias torrenciales y fuertes vientos en la costa caribeña de Nicaragua, dos semanas después de que azotara la región otra tormenta devastadora.
Iota tocó tierra como huracán de categoría 4 (de un máximo de 5 en la escala Saffir-Simpson) a las 21:40 hora local del lunes (3:45 GMT del martes).
Tras su entrada en el noreste de Nicaragua, el huracán perdió fuerza “rápidamente”, según el último reporte del Centro Nacional de Huracanes (NHC) en Estados Unidos.
Pero a pesar de debilitarse hasta convertirse en una tormenta tropical, Iota estaba provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y fuentes vientos durante este martes en Centroamérica.
El ojo del huracán entró por la costa cerca de Haulover, una pequeña localidad de unos 1.700 habitantes ubicada a 45 km al sur de Puerto Cabezas y a unos 25 km al sur de donde también tocó tierra Eta el pasado 3 de noviembre como huracán de categoría 4.
Iota azotó la región con “devastadoras” rachas de viento máximo sostenido de hasta 250 km/h y “lluvias torrenciales”.
De hecho, ya desde la tarde del lunes provocó las primeras inundaciones en Puerto Cabezas.
Las lluvias torrenciales provocadas por el huracán han provocado inundaciones repentinas y crecidas de río peligrosas, según informa la prensa nicaragüense. “Las inundaciones y los deslizamientos de tierra en Honduras y Nicaragua podrían verse exacerbados por los efectos recientes del huracán Eta en la zona, lo que puede derivar en un impacto potencialmente catastrófico”, advierte por su parte el NHC estadounidense.