La mayor parte del agua de la Tierra se encuentra en los océanos. Solo una pequeña porción del agua del planeta, alrededor del 0,01%, fluye a través de sus ríos. Y sin estos ríos, muchas otras fuentes, como lagos y humedales, se secarían. Lo que es parte de un sistema natural se está convirtiendo en un problema con el calentamiento global. Una amenaza para humanos y animales.
Conocidos como las torres de agua del mundo por su capacidad de almacenar grandes cantidades de nieve y hielo, los glaciares suministran agua a casi 2.000 millones de personas como es el caso de los Himalaya. Los agricultores de la cuenca del río Indo, en la foto, dependen del deshielo de los glaciares del Himalaya para cultivos como el arroz y el algodón. Forman parte de la cuenca fluvial más grande en el sur de Asia, que incluye los ríos Ganges y Brahmaptura. Estas tres vías fluviales proveen con agua a unos 129 millones de agricultores y 900 millones de habitantes.
Los incendios forestales sin precedentes en todo el mundo, como los ocurridos a principio de año en Australia, son otro efecto secundario del cambio climático. Los incendios pueden ser tóxicos para la cuenca hidrográfica más importante de Australia, la cuenca de Murray-Darling. Las cenizas arrastradas a los ríos amenazan con contaminar el agua de 2,6 millones de australianos, sin mencionar muchas especies animales.
No son sólo las cenizas y los sedimentos de los incendios forestales pueden dañar el agua. Las fuertes lluvias, asociadas con el clima extremo en EE.UU., arrastran deshechos contaminados de las granjas hacia los ríos, que estos llevan al mar abierto. La consecuencia: la aparición masiva de algas, como en la costa de Nueva York. Otro resultado es una zona carente de oxígeno, o muerta.
La contaminación con nitrógeno se ha convertido en un gran problema para el río Mississippi, que, junto con sus afluentes, atraviesa más de la mitad de los estados de EE.UU. Y eso no es todo. El calentamiento no sólo ha aumentado las inundaciones y, con ello, más nitrógeno en el río, sino que ha hecho que los huracanes sean más poderosos.
Conocidos como las torres de agua del mundo por su capacidad de almacenar grandes cantidades de nieve y hielo, los glaciares suministran agua a casi 2.000 millones de personas como es el caso de los Himalaya. Los agricultores de la cuenca del río Indo, en la foto, dependen del deshielo de los glaciares del Himalaya para cultivos como el arroz y el algodón. Forman parte de la cuenca fluvial más grande en el sur de Asia, que incluye los ríos Ganges y Brahmaptura. Estas tres vías fluviales proveen con agua a unos 129 millones de agricultores y 900 millones de habitantes.
Los incendios forestales sin precedentes en todo el mundo, como los ocurridos a principio de año en Australia, son otro efecto secundario del cambio climático. Los incendios pueden ser tóxicos para la cuenca hidrográfica más importante de Australia, la cuenca de Murray-Darling. Las cenizas arrastradas a los ríos amenazan con contaminar el agua de 2,6 millones de australianos, sin mencionar muchas especies animales.
No son sólo las cenizas y los sedimentos de los incendios forestales pueden dañar el agua. Las fuertes lluvias, asociadas con el clima extremo en EE.UU., arrastran deshechos contaminados de las granjas hacia los ríos, que estos llevan al mar abierto. La consecuencia: la aparición masiva de algas, como en la costa de Nueva York. Otro resultado es una zona carente de oxígeno, o muerta.
La contaminación con nitrógeno se ha convertido en un gran problema para el río Mississippi, que, junto con sus afluentes, atraviesa más de la mitad de los estados de EE.UU. Y eso no es todo. El calentamiento no sólo ha aumentado las inundaciones y, con ello, más nitrógeno en el río, sino que ha hecho que los huracanes sean más poderosos.
Información y fotografía. www.dw.com