“Funcionarias de la salud piden que involucrado no regrese a trabajar este martes y autoridades de Salud analizarán la suspensión. “Se acercaba y decía las partes de mi cuerpo que le gustaban, qué ropa quería que me pusiera y qué maquillaje usar”, narró una de las víctimas”.
“Siempre que se acercaba me decía las partes de mi cuerpo que le gustaban, qué ropa quería que me pusiera y qué maquillaje debía usar. Han sido 5 años diciéndole que no quiero nada con él, ni siquiera amistad, pero nunca entendió, Es más, se acercaba a mi escritorio a comentarme las relaciones con su pareja”. El crudo relato corresponde a Ingrid, funcionaria del Centro de Salud Familiar (Cesfam) “Raúl Cuevas”, hoy víctima de acoso sexual por parte del encargado de farmacia del centro asistencial (iniciales O.Ch.), quien se encuentra sumariado y esperando ser suspendido de sus funciones.
La grave situación gatilló hoy una masiva protesta de sus compañeras y compañeros de trabajo en el hall de acceso del centro asistencial, toda vez que el involucrado debe reincorporarse el próximo martes a sus funciones. Y nadie está de acuerdo. “Que no vuelva, que no vuelva”, fue el grito que se repitió una y otra vez.
Y hay más víctimas. “A mí me decía ‘estás muy flaca, se te fue el poto”, entonces no puedo pensar que este señor, que más encima nos ‘tira’ encima sus títulos universitarios, menoscabando lo que hacemos acá por la gente, puede regresar el lunes nuevamente a este lugar”, dijo otra funcionaria, que pidió reserva de su nombre.
“Mórbida”
Y hay más antecedentes. Deyanira, una técnico en enfermería (tens) que organizó un grupo WhatsApp para coordinar la pacífica manifestación de esta mañana, relató a El Amanecer de Lo Herrera que ‘este personaje se enteró de las conversaciones que teníamos y me escribió que no tenía miedo, que tenía contacto en los puestos altos y que ‘ojalá puedas pasar la puerta, mórbida”.
Con estos antecedentes descritos a viva voz, la también tens y dirigenta gremial Marlene Alzamora, precisó que «este funcionario, con cargo superior acá en el cesfam, acosó sexual y laboralmente a una compañera en reiteradas ocasiones. Por ejemplo, a todo lo dicho agregar que metía su mano en los bolsillos del delantal para dejarle dulces y chocolates. Y ella notificó al director, Esteban Vásquez, quien tomó razón pero respondió que el protocolo no estaba actualizado y que, prácticamente, no se podía hacer nada. Ante esto, el involucrado empezó con más fuerza los acosos”.
“En enero le pedí que no se acercara más a la compañera, que dejara de molestarla, pero no hizo caso. Siguió. Y resulta que el sumario que se aplicó solo le significó una censura, es decir, le colocaron una nota de demérito, que es la sanción mínima”, completó Alzamora.
Conocido lo anterior, se hicieron presente en el “Raúl Cuevas” las autoridades de la Corporación de Educación y Salud (Corsaber) y la concejala Mariela Araya. Esta última comentó que “si bien hay un sumario que, a decir de lo acá explicado, fue bastante tibio en su resolución por lo que se necesita más apoyo. Y quiero que sepan que no le bajaremos el perfil a esta situación, sobre todo, si esta persona (O.Ch.) sigue burlándose e insultando a través de mensajes de whatsapp, cuyos pantallazos están guardados por ustedes (funcionarias)”.
Suspensión y Protocolo
Por su parte, el director de Salud de Corsaber, Carlos Carrasco, informó que “puede ser recomendable que a este funcionario se le haga una evaluación de salud mental, saber su perfil de personalidad y por qué hay una conducta tan repetitiva, continua en el tiempo”. En este sentido, el director se comprometió con las funcionarias a tomar la decisión de, y revisadas las formas legales, suspender de sus funciones al inculpado. “También trabajaremos para intervenir, actualizar y perfeccionar el protocolo para este tipo de casos”, agregó Carrasco.
En tanto, el director del Cesfam comentó que “entiendo el tema, empatizo con el movimiento del feminismo, y sé que esta movilización es porque no están de acuerdo con una resolución de un sumario administrativo, que no depende de mí. No es algo en lo que tenga injerencia. Ahora bien, tampoco tengo un petitorio de sus necesidades en mi escritorio, y ustedes saben que las puertas de mi oficina siempre están abiertas para ustedes”.
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