El Reino Unido se ha convertido este miércoles en el primer país del mundo en dar su autorización al uso de la vacuna de Pfizer y BioNTech, por delante de Estados Unidos y de la Unión Europea.
La Agencia Regulatoria de Medicinas y Productos Sanitarios (MHRA, en sus siglas en inglés) ha asegurado que la vacuna, que según sus creadores tiene una eficacia del 95% frente a la covid-19, podrá comenzar a suministrarse por todo el país a partir de la semana que viene. El Gobierno de Boris Johnson ha encargado ya 40 millones de dosis, que alcanzarán a 20 millones de ciudadanos. Los primeros 10 millones de ellas estarán disponibles pronto, han dicho las autoridades británicas, y la semana próxima llegaría al país una primera entrega de 800.000.
La inmunización requiere dos dosis por paciente, con un margen de tiempo entre ellas de 21 días. “La decisión de la MHRA es el resultado de ensayos clínicos rigurosos realizados durante meses, y del análisis exhaustivo de los datos por parte de los expertos de la agencia, que han llegado a la conclusión de que la vacuna reúne los niveles más estrictos de seguridad, calidad y eficacia”, ha dicho un portavoz del Ministerio de Sanidad británico.
A pesar de que aún no ha concluido el periodo de transición del Brexit, y hasta el próximo 31 de diciembre el Reino Unido sigue sujeto a las decisiones de la Agencia Europea del Medicamento, la legislación británica permite a la MHRA tomar medidas unilaterales en caso de “urgente necesidad pública”, como ha ocurrido en este caso. “El Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés) tiene una larga experiencia demostrada en la puesta en marcha de campañas de vacunación a gran escala, desde la gripe invernal a la tuberculosis.
Una vez superados los trámites últimos y que empiecen a llegar las primeras dosis a los hospitales de Inglaterra, comenzaremos a ofrecer este tratamiento revolucionario a los ciudadanos, a través de un programa que se expandirá por todo el país en los próximos meses”, ha dicho el director ejecutivo del NHS.
Las autoridades británicas han elaborado una lista provisional de distribución de la vacuna. Entre los primeros objetivos están las residencias para personas mayores y el personal que las atiende, seguidas por los ciudadanos mayores de ochenta años y el personal de hospitales.
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