Un equipo internacional de investigadores acaba de llevar a cabo un estudio en el que, por primera vez, se revela en qué zonas del mundo es más probable que surja una nueva pandemia. En un artículo recién publicado en « Science Direct», los científicos han identificado los puntos del planeta donde la relación entre seres humanos y vida silvestre es mayor. Extensas áreas en las que abundan las grandes ciudades altamente globalizadas y que suponen áreas de riesgo que podrían dar lugar, si no se adoptan medidas preventivas, a futuros brotes pandémicos incontrolados.
Según el estudio, las áreas en las que se da el mayor grado de presión humana sobre la vida silvestre (es decir, las zonas que suponen un mayor riesgo) son también las que cuentan con más del 40% de las ciudades más conectadas del mundo. Y entre el 14% y el 20% de esas ciudades hiperconectadas, además, los brotes de nuevas enfermedades infecciosas pasarían inadvertidos debido a una deficiente infraestructura de salud. Las zonas de mayor riesgo se encuentran en el sur y sudeste de Asia y en el África subsahariana. Al igual que sucedió con COVID-19, cualquiera de esos brotes no detectados tendría el potencial, según los investigadores, de convertirse en global.
Bajo la dirección de la Universidad de Sidney y con la colaboración de expertos de Reino Unido, India y Etiopía, el estudio indica claramente cuáles son las ciudades del mundo que están en mayor riesgo y señala las áreas geográficas que requieren una mayor atención
Michael Walsh, autor principal del trabajo y codirector del One Health Node en el Instituto Marie Bashir de Enfermedades Infecciosas y Bioseguridad de Sidney, asegura que se ha llevado a cabo un gran esfuerzo para identificar los puntos críticos en todo el mundo.
«Nuestra investigación -explica- integra la relación entre la vida silvestre y los seres humanos con los sistemas de salud y la globalización para mostrar dónde los brotes podrían no ser identificados y diseminarse por todo el planeta, dando lugar a nuevas pandemias».
Para Walsh, aunque los países más pobres (y con peores sistemas de salud) son los que tienen más ciudades en las zonas de mayor riesgo (nivel rojo), también los países más ricos están ampliamente representados en los otros dos niveles (naranja y amarillo) debido a la extrema presión que esos paises ejercen sobre la vida silvestre para su desarrollo.